Gritare en el bosque del olvido y bailare alrededor de flores marchitas al compás de mis fuertes latidos de niña jugare a pisar las hojas secas que dejaron los solitarios otoños de mi infancia.
Mi risa se perderá con las demás risas ya olvidadas, mientras mi cabello se moja con la lluvia de lagrimas contenidas que proviene de la nube del orgullo.
Cerrare mis ojos para ver mas allá de lo humano y tapare mis oídos para escuchar con ternura los ya débiles sollozos provenientes de mi inocencia, pidiéndome que abra mis alas para volar a lo desconocido, recogiendo y abrazando lo olvidado para luego gobernar en el país de los incomprendidos
